Sociedades secretas, mujeres fatales, señores de la guerra, aspirantes a dictador y un tren lleno de oro es lo que vamos a encontrarnos en esta magnífica aventura de nuestro marino favorito. Acompañados de Corto, Rasputín y un extenso elenco de variopintos personajes secundarios; iremos desde China a Siberia pasando por Mongolia en la Asia post Revolución Rusa.
A pesar de tener mis favoritas (La balada del mar salado o La fábula de Venecia), debo reconocer que esta aventura en Siberia la he disfrutado muchísimo y se ha colado en mi top del personaje (además, consigo por fin acabar mi colección de Corto).
El Corto de siempre
Corto y Rasputín se ven envueltos en esta búsqueda de un tren lleno de oro que pertenecía al zar Nicolas II a través de las “Linternas rojas”, una sociedad secreta china. Todo apuntaba a que iba a estar difícil pero la búsqueda se complicará más allá de lo esperado cuando descubran que hay varios bandos interesados en ese oro, todos con sus propios fines y todos con pocos escrúpulos.
Tras algún ciclo de aventuras cortas, Pratt retoma la aventura larga y nos ofrece un cómic (publicado originalmente por entregas en 1974) genial donde se intercala la acción con el desarrollo de personajes y cuya longitud favorece ambas cosas.
Rasputín haciendo de Papá Noel es algo que nunca hubiera esperado...
Revolucionarios, contrarrevolucionarios, locos alemanes, aristócratas frías como el hielo y ardientes guerrilleras. Acción y diálogos brillantes, giros de guion y en medio, Corto y Rasputín en un panorama internacional muy delicado y complicado en aquellos momentos (1919-1920) en los que el mundo fue testigo de la caída de la Rusia de los zares y el surgimiento de la Rusia bolchevique y de la China revolucionaria. Todo salpicado de personajes reales y referencias históricas. Puro Hugo Pratt, un Hugo Pratt que sin duda se encontraba en su madurez artística y puro Corto Maltés.
No debemos olvidar el trabajo de Guido Fuga, amigo de Pratt, para dibujar los trenes e ingenios mecánicos que aparecen en la obra. Seguramente, sin su ayuda, esta aventura no habría visto la luz, pues cuentan que Pratt, se negaba a dibujar este tipo de maquinaria.
Con este sexto volumen, Norma Editorial continúa la publicación de las aventuras de Corto en orden cronológico tanto en blanco y negro como en color (debo decir que yo prefiero leer Corto Maltés en color) aunque originalmente fueran en b/n. Una gran edición para una de las grandes aventuras de Corto Maltés.