Corto Maltés. Viajero, pirata y aventurero. Inconfundible con su gorra, su pitillo y su gabán azul. Todo un símbolo del cómic europeo y un auténtico icono de la cultura popular (le pese a quien le pese) que fue creado en 1967 por el grandísimo historietista veneciano Hugo Pratt.
Su biografía
cuenta que nació en Malta en 1887. Su padre, un pelirrojo de Cornualles y su
madre, una gitana de Sevilla: la niña de Gibraltar. Corto aúna la cultura
anglosajona y la herencia mediterránea en la figura de un antihéroe que simboliza la
libertad y que, desde que salió de Malta, no ha parado de vivir aventuras
alrededor del mundo.
Algunas de las historias más célebres del personaje son La balada del mar salado, La fábula de Venecia (mi favorita) Corto Maltés en Siberia o La casa dorada de Samarcanda. Esta pequeña selección mencionada son todas aventuras “largas”, aunque la mayoría de las aventuras de Corto se suelen componer de relatos más breves interconectados entre sí.
En 2015 vio la luz la primera de las nuevas aventuras de Corto de la mano Juanjo Canales y Rubén Pellejero (¡y ya van tres álbumes!) que para mí mantienen intacto el espíritu del personaje y todos sus códigos. Ya en 2021 se publicó la aventura Océano negro, una controvertida nueva aventura de Corto Maltés en la que Martin Quenehen y Bastien Vivés trasladan a Corto a principios del siglo XXI, concretamente al 11S en una suerte de reinicio del personaje.
Actualmente, Norma Editorial está reeditando en una cuidadísima edición todas las aventuras de nuestro marino favorito en ediciones tanto a color como en b/n.
Si todavía te lo estás pensando, no lo dudes y métete de lleno a conocer a uno de los personajes más icónicos que hay dentro del noveno arte.