Continúa la
polémica pero magnífica etapa de Nick Spencer a los mandos del Capi en este
segundo volumen que publicó Panini el pasado mes de julio.
Si en el volumen uno
dejábamos a un Steve Rogers rejuvenecido y enfrentado a Sam Wilson por la filtración
de datos y lo sucedido en Pleasant Hill (además de la polémica que ha rodeado a
la etapa desde su mismo inicio, amenazas a Spencer incluidas por su Capi de
izquierdas y antiamericano, LOL) este segundo tomo comienza con un Sam Wilson tratando
de justificar ser aún el capi ahora que Rogers ha vuelto y al que los medios
republicanos crucifican día sí, día también con toda clase de campañas
difamatorias y fake news (recordemos que si por algo se ha caracterizado esta
etapa es por su altísimo contenido político y por ser un reflejo de lo que
acontecía en EEUU con el trumpismo y la polarización de la sociedad).
Portada del tomo Panini
No deja de
resultarme curioso que el arco incluido en este tomo sea precisamente todo el
cruce con Civil War II. Lejos de lo que pudiéramos esperar a priori, el cruce
se convierte en una interesantísima historia que profundiza en temas como la
brutalidad policial o la restricción de libertades en pos de la seguridad (Ameripolicía)
y en cuáles son los valores americanos “de verdad” (USAgente) además de mostrar
una crítica nada velada a las políticas republicanas y su manipulación
mediática para conseguir sus objetivos.
Peeeeeero, además de todo este
contenido, Spencer monta una historia estupenda continuando lo sucedido con
Kobik en Pleasant Hill y mostrándonos unos orígenes secretos del Capi gracias a
los poderes del Cubo Cósmico (que posteriormente darán lugar a Imperio Secreto) mientras Sam tiene que poner toda la carne el asador para demostrar a
cierto sector de la sociedad que es digno merecedor de portar el escudo, no solo
porque Rogers lo eligiera como su sucesor al final de la etapa de Remender.
Y todo esto,
regado con un excelente plantel de subtramas y presonajes secundarios: Rick Jones, Sharon Carter, María Hill, el nuevo Halcón, Misty Knight,
Cráneo Rojo, Pecado o el Doctor Selvig; que ponen la guinda a esta resurrección de Hydra por todo lo alto.
La viñeta de la discordia (¡con amenazas de muerte y quema de tebeos incluidas!)
Y si hemos
alabado el trabajo de Spencer a los guiones, no podíamos hacer menos con la
labor de Jesús Saiz y Daniel Acuña en el apartado gráfico. Acuña ya llevaba
tiempo trabajando en Marvel pero para Saiz, el arco de Pleasant Hill era su
primer trabajo en la Casa de las ideas y ya vemos por qué lo ficharon. Hace un
magnífico trabajo a los lápices de esta genial etapa alternándose con Acuña en
algunas ocasiones.
En definitiva y como creo que he dejado claro: una magnífica etapa que intenta reflejar la sociedad y la política americanas, que le da otra vuelta de tuerca a qué es ser Capitán América, que reactiva Hydra y que desembocará en uno de los eventos que más ha dado que hablar en los últimos años: Imperio Secreto. Una etapa muy deudora de las de Englehart o Gruenwald y desde luego, no apta para quienes siguen manteniendo que los cómics no son política o que no deberían meterse ella.
Para terminar, comentar que la edición de Panini no defrauda: más de 300 páginas con extras, tapa dura y un tamaño algo mayor que un comic USA por 30 euritos para este segundo tomo del Capi de Spencer, una etapa que se me antoja imprescindible y que refleja sin duda los tiempos convulsos que hemos vivido en los últimos años en lo que a política, polarización de la sociedad y fake news se refiere.
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