jueves, 28 de noviembre de 2024

X-Men de Grant Morrison. Reseña por Jose.

Corría el año 2001 y nuestro escocés favorito se hacía cargo de la principal serie mutante. Eran los inicios de la Marvel de Joe Quesada y Morrison venía para poner patas arriba a los X-Men, cuya primera película se había estrenado el año anterior y cuya influencia se vería claramente reflejada en estos New X-Men de Grant Morrison. 
Tras una ruptura, tanto estética como en el tratamiento de personajes y tramas y después de unos años 90 marcados por el éxito (en ventas) y por la serie de televisión, los mutantes entraban en el siglo XXI embutidos en cuero negro y más cínicos y chuletas que nunca.


                                Portada de Frank Quitely para el mítico New X-Men #114

Valiente, arriesgada o rupturista, los tres adjetivos encajan con estos X-Men de Morrison. El escocés sabía lo que quería contar y así lo hizo, hubo muchos "estos nos mis X-Men" por el camino, por supuesto, pero lo cierto es que esos 41 números marcaron una época y hasta cierto punto, la siguen marcando hoy en día: esa Emma Frost perdura, Casandra Nova ha sido la villana en la última peli de Deadpool, el genocidio de Genosha, las mutaciones secundarias, Arma Plus (reinventando el proyecto Arma X), Quentin Quire o el mero hecho de llenar la escuela de Xavier de... ¡estudiantres! Morrison redefinió la franquicia.
A lo largo de varios arcos argumentales, el guionista escocés nos va desgranando su plan para con la franquicia mutante sin prestar atención a otras series de mutantes o al resto de Universo Marvel. Hay arcos estupendos: E de Extinción, Asalto a Arma Plus, Revolución en la escuela o, para mí, ese último arco apocalíptico que pone pone el cierre a su etapa con un Silvestri que había visto tiempos mucho mejores, eso sí.


                            Una escuela llena de estudiantes. Expect the unexpected.

Creo que estaremos de acuerdo en que lo que hizo Morrison en su momento ha sido lo más revolucionario que le había pasado a los mutantes desde Segunda génesis y lo más revolucionario que les ha pasado hasta Hickman. Luego vendría Bendis y ya se encargaría de mearse en su trabajo pero también llegarían Aaron o remender y rescatarían muchas de sus ideas y conceptos para escribir un par de las mejores etapas mutantes junto con la de Whedon en este siglo XXI: Uncanny X-Force, Lobezno y La Patrulla-X y Astonishing X-Men.
Una bacteria sentiente, una droga que aumenta tus poderes mutantes, el propio Fantomex o los Hombres U son solo algunas de las locuras que vimos en las páginas de sus X-Men (no quiero hacer spoilers, por favor, leedlo) todo muy Morrison aunque también hay que decir que en mi opinión, estuvo bastante contenido en cuanto a sus locuras en comparación con otras de sus obras.


                                            ¿Cuernos psíquicos? Claro que sí.

Y vamos con el apartado gráfico. Creo que estamos de acuerdo en que una cierta continuidad le habría venido de maravilla a esta etapa, imaginaos a Quitely haciendo la mayoría de números... Pero no, ademas de a Quitely tuvimos a un correcto Phil Jiménez, a Bachalo, Van Sciver, Silvestri y sobre todo y para nuestra desgracia, tuvimos que comernos algunos de los peores números que se han dibujado nunca dentro de las colecciones mutantes gracias a Igor Kordey. Tremendo.
Resumiendo: 41 gloriosos números que han dejado huella y que marcaron a los mutantes. Muchas de las ideas introducidas por Morrison se acabaron abandonando: el cuero negro, la idea del gen humano de la extinción o la superpoblación mutante pero muchas otras se han mantenido en el tiempo y han dado grandes momentos y etapas en lo que va de siglo.

Este mismo mes de noviembre, Panini publica en un tochamen toda la etapa del escocés, mi consejo: haceos con esa etapa.

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