Voy a
empezar mis recomendaciones de junio con la penúltima maravilla de Jason Aaron:
Southern Bastards o como han decidido traducirla aquí, Paletos cabrones.
Érase un hombre a una garrota pegado.
Aaron tira
de conocimiento del medio y junto con otro ilustre sureño, Jason Latour, nos invita
a un viaje a la América profunda: Craw County, Alabama. Súbete a la camioneta,
dale voz a los Lynyrd Skynyrd y tira a por unas costillas bañadas en salsa
barbacoa antes de ir al partido de futbol americano.
Típicos
tópicos para contarnos en este primer arco la historia de Earl Tubb, un tipo
que regresa al pueblo para vender la casa de su difunto padre pero al que los
fantasmas del pasado (y sobre todo de su padre) acabarán encontrando, ¿o en
realidad los busca él?.
Una
magnífica ambientación y grandes dosis de violencia para construir uno de
mejores cómics de los últimos años.
En mi
segunda recomendación voy a hablar del Miracleman de Neil Gaiman, del que
Panini acaba de sacar el primer tomo: La Edad de Oro.
No vamos a
descubrir nada de Gaiman que no sepamos ya, baste decir que su trabajo con
Miracleman, al menos esta Edad de Oro, no tiene nada que envidiar al trabajo de
Alan Moore, ¡y ya es decir!
La historia
nos sitúa algunos años después del final de la etapa de Moore, en un mundo
utópico gobernado por Miracleman y al que las tecnologías extraterrestres han
transformado considerablemente.
Gaiman se
centra en dos cosas: las dudas de Miracleman sobre si está haciendo lo correcto
y el punto de vista de la gente que vive en este nuevo mundo utópico contado
por los personajes más dispares que puedas esperarte.
Un sabor
muy Vertigo, maravillas de 22 páginas y un Mark Buckingham cambiando de estilo
a cada número para satisfacer las exigencias de los guiones de Gaiman. Un tomo
de compra abligada.